El blog de Lauser

Lo que cuenta un palmero de su isla

Las actividades culturales, así como la creatividad manifiesta de sus habitantes, forman parte de la historia y del presente de La Palma, pequeña isla del Atlántico donde estuvo operativo –no lo olvidemos– el tercer puerto en importancia del Imperio español durante el siglo XVI.

Esta circunstancia, sumada al hecho de que ya por entonces vinieron desde Flandes muchos comerciantes prósperos y audaces para aprovechar el florecimiento del tráfico marítimo con América, daría lugar a una asombrosa acumulación de patrimonio artístico de enorme valor, no sólo en el ámbito religioso. A ello habría que sumar la influencia de colonos portugueses, gallegos y andaluces que desde pronto implantaron buena parte de su acervo peninsular en el contexto geofísico y político de la isla. Por eso, aparte de la figura modelada de Virgen de Las Nieves, patrona de la isla (terracota del románico tardío, finales del s. XIV), en La Palma destacan numerosas imágenes religiosas procedentes del arte flamenco de primer nivel (s. XVI), lo mismo en obras de imaginería (como la Piedad del Santuario de Nuestra Señora de Las Angustias, o el Calvario y el Arcángel San Miguel en el Santuario de Las Nieves) que en grandes tablas pintadas por maestros indiscutibles como Pieter Pourbus (en la Iglesia de Santo Domingo, de Santa Cruz de La Palma, o en la de Montserrat, en Los Sauces). De ahí también que la arquitectura ofrezca una variedad y una calidad fuera de toda duda: ahí están, para admiración de propios y extraños, las construcciones populares con sus balcones típicos frente al mar (como los de la Avenida Marítima de Santa Cruz de La Palma), las soberbias casonas señoriales con sus bellos patios interiores (como las del Llano de Argual, en Los Llanos) y las armoniosas viviendas de campo (presentes en todos los municipios), al igual que los templos con artesonado mudéjar (como la Parroquia Matriz de El Salvador), los conventos (como el de San Francisco, magníficamente conservado, donde se encuentra el Museo Insular) y los edificios más representativos del poder de la Corona (como el del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, de estilo renacentista).

Desde la perspectiva antropológica, hemos de destacar la originalidad de las fiestas de La Palma, algunas de celebración anual, como la de Navidad, con un aporte fundamental de la música interpretada por rondallas de todos los pueblos; o la de los Carnavales, siempre relacionados con la tradición musical cubana; o la de las Cruces de Mayo, en las Breñas y en Santa Cruz de La Palma; o la de Corpus Christi, en Villa de Mazo; o la de la Patrona, en Los Llanos de Aridane; o la de Moros y Cristianos, en Barlovento; o la fiesta del Diablo, en Tijarafe; o la de los Caballos Fufos, en Tazacorte; o la de los Caballos Fuscos, en Fuencaliente; o la del Almendro en Flor, de Puntagorda. Por otra parte, la Bajada de la Virgen del Pino, en El Paso, tiene carácter bianual, y la de la Virgen de Las Nieves, en Santa Cruz de La Palma, se celebra cada cinco años con un abigarrado programa de danzas (como la de los celebérrimos Enanos, o la Coreada Infantil), desfiles (Mascarones y Pandorga), representaciones teatrales de origen barroco (Carro Alegórico y Triunfal, Diálogo del Castillo y la Nave), procesiones y actos litúrgicos, etc.

Un elemento clave en las fiestas palmeras de verano es el de las romerías, en las que se fusionan particularidades gastronómicas, musicales y de vestimentas típicas.

Entre las manifestaciones religiosas destacan asimismo las procesiones de la Semana Santa, tanto por la espectacularidad del fervor popular como por la calidad artística de sus imágenes. En Santa Cruz de La Palma sobresalen las procesiones del Punto en La Plaza (Miércoles Santo), la del Señor de la Piedra Fría (Jueves Santo) y la del Santo Entierro (Viernes Santo). Otros eventos que merecen una mención especial son los que tienen lugar en Tijarafe, el Sábado de Resurrección por la noche, y en el barrio de San Andrés, en San Andrés y Sauces, el Domingo de Resurrección.

Otra joya cultural de la isla tiene que ver con la artesanía, que mantiene viejas tradiciones en torno a la cestería, la cerámica, la seda, los bordados y el tabaco.

La cestería presenta tres variantes: la del colmo, con paja de centeno y ramas de zarza (balayos); la de palma, con hojas de palmera (empleitas para el queso, ceretas, cestas gallegas, esteras, abanadores, sombreros), y la de vara, con cortezas de ramas y troncos de castaño (cestas de carga, espuertas, bandejas, paneles y cestones con asas).

La cerámica, por un lado, se basa en las técnicas sin torno empleadas por los aborígenes prehispánicos con tierra oscura procedente del norte de La Palma (gánigos o vasijas), y, por otro, desarrolla formas y utilidades populares (tostadores, cazuelas, asadores de castañas, lebrillos, braseros y bernegales o tinajas para agua potable).

La seda artesana de La Palma preserva milagrosamente una técnica ancestral que empieza en la cría de los gusanos y acaba en la confección de prendas únicas. Cada paso en este proceso cuenta con el trabajo meticuloso de diferentes especialistas. Un museo ubicado en el municipio de El Paso, donde se ha mantenido esta maravillosa expresión de artesanía secular, única en Europa, muestra el proceso y vela por la conservación del mismo.

La tradición del bordado es otro tesoro cultural palmero. Las extraordinarias bordadoras de la isla siguen recurriendo a viejas técnicas de gran dificultad, como la del bordado “rechi” (“Richelieu”) con el uso de presillas que encadenan diversos motivos compositivos. En otra línea de trabajo, el bordado de realce consiste en dar relieves a los motivos figurativos, y el de punto perdido se realiza a base de puntadas superpuestas con temáticas preferentemente florales.

La tradición insular del tabaco se asentó por influencia de la emigración a Cuba (los colonos canarios fueron los iniciadores de la producción sistemática del tabaco en el Caribe). Este trasvase cultural concreto, desarrollado sobre todo en el siglo XIX y en el XX, ha implantado, intactas, las pautas de producción agrícola (semilleros, plantaciones, secado, curación, etc., en La Caldera –El Paso–, La Rosa –Villa de Mazo–, Breña Alta, Breña Baja y Santa Cruz de La Palma), así como las de elaboración artesana del puro en chinchales y fábricas (despalillado, rezagado, elaboración del capote y del cigarro, labores de habilitación, etc., en diferentes municipios, como Santa Cruz de La Palma y, muy especialmente, Breña Alta).

En nuestra isla hay varios museos dedicados a diferentes aspectos culturales. Por ejemplo:

  • Museo Arqueológico Benahoarita (arqueología e Historia: centrado en la cultura aborigen prehispánica de la isla). Calle de las Adelfas, núm. 3, Los Llanos de Aridane.
  • Casa Museo del Vino “Las Manchas” (dedicado al mundo vitivinícola de La Palma). Camino del Callejón de Las Manchas, núm. 98, Los Llanos de Aridane.
  • Museo de la Seda “Las Hilanderas” (dedicado a la artesanía de la seda). Calle Manuel Taño, núm. 4, El Paso.
  • Museo del Plátano (dedicado al cultivo del plátano y su influencia socioeconómica y cultural en La Palma). Calle Miguel de Unamuno, núm. 13, Tazacorte.
  • Museo Insular (arte, ciencias naturales, etnografía). Plaza de San Francisco, núm. 3, Santa Cruz de La Palma. Ubicado en el Real Convento de la Inmaculada Concepción, fundado por la Orden Franciscana en 1508. En este mismo espacio se encuentra la Biblioteca Insular “José Pérez Vidal” y el Archivo General de La Palma.
  • Museo Naval (dedicado a la historia naval de La Palma). Avenida de Las Nieves y Plaza de La Alameda, Santa Cruz de La Palma. Ubicado en una construcción llamativa: una réplica en mampostería de la carabela Santa María, de Colón.
  • Centro de Interpretación de la Bajada (dedicado a las fiestas lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves). Calle de La Luz, núm. 13, Santa Cruz de La Palma.
  • Museo del Puro Palmero y Museo de la Fiesta de las Cruces (dedicado el uno a la tradición tabaquera y el otro a la fiesta de las Cruces). Parque de los Álamos, San Pedro, Breña Alta.
  • Museo Casa Roja (dedicado a la artesanía del bordado y a la fiesta del Corpus Christi). Calle Maximiliano Pérez Díaz, núm. 23, Villa de Mazo.
  • Museo de Interpretación del Gofio (dedicado a la producción de gofio). Calle El Polvillo, Las Tricias, Garafía.
  • Museo Etnográfico Casa Luján. Calle Procesiones, Puntallana.